Ponerte en la piel de un wookie te cambia la vida

Cuando pensamos en Han Solo inevitablemente nos viene la cara de Harrison Ford, así como Carrie Fisher será siempre nuestra amada princesa Leia. Los personajes de Star Wars tienen siempre a un actor detrás para dar vida al mayor villano del imperio al que se le cogerá cariño o al stormtrooper más torpe que protagonizará virales décadas después. Conocemos la mayoría de sus nombres y en nuestras mentes hemos conseguido desligar su cuerpo de nuestro mundo para enviarlos a una galaxia muy muy lejana. Pero, ¿qué ocurre cuando el personaje al que interpretas es un animal con consciencia de si mismo o un droide que expresa sus sentimientos a través de pitidos?

Si nos encontramos a Peter Mayhew por la calle probablemente nos fijemos en él por sus 2.21 metros de estatura pero sólo los grandes fans sabrán que el actor encarna al wookie más famoso de la gran pantalla. Antes de su aparición en el Episodio IV, Mayhew trabajó como minotauro en “Simbad y el ojo de tigre” por lo que ya tenía experiencia interpretando a animales fantásticos. Él mismo ha afirmado en varias entrevistas que no se considera un actor pero dar vida a Chewbacca es una prueba que no todos los profesionales de la interpretación hubiesen atajado con tanto éxito.

De hecho, dependiendo de la escuela de interpretación en la que los actores se hayan formado será más o menos difícil interpretar a un personaje como Chewie. Antonio Martín, actor y director de escena, nos cuenta que para ponerte en la piel de un animal, al contrario de lo que expone Stalinski a la hora de interpretar a una persona, se suele partir de lo físico.

En el caso del copiloto del Halcón Milenario, se habrían inspirado en un gorila por los exagerados movimientos de sus brazos y en algunos aspectos en un perro para conseguir su parte más salvaje. “Caminar y moverte como un animal te permite ver lo que él ve y de ahí es más sencillo partir de ahí para desarrollar su comportamiento”, explica Martín. Sin embargo, el wookie también tiene actitudes humanizadas como cuando está conduciendo o al disparar la ballesta.

En el caso de Mayhew la actuación debió resultarle compleja, al menos al principio, puesto que no era un actor profesional, de hecho habían sido sus condiciones físicas las que le habían traído el papel de su vida mientras trabajaba de camillero en un hospital. Aunque siempre haya actuado bajo el traje diseñado por Stuart Freeborn, Peter Mayhew ha conseguido convertir a un personaje ficticio en un símbolo de lealtad con una mirada en la que cualquier rebelde confiaría.